Relajando mi preocupada mente

Caminaba lentamente por la orilla de la playa que siempre había estado presente en mi vida. El sentir como las pequeñas olas rozaban mis pies desnudos eran una sensación tan natural y placentera que muchas de la que los otros jovenes de mi edad, y de ciudad desconocían, ademas, viendo mi estado, era capaz de relajarme... lo suficiente para respirar pausadamente.

Estiré mi cuerpo a la misma vez que mi mirada azabache quedaba clavada al horizonte a aquel mar, dándome cuenta que aun no habia ido a casa para hablar con mi padre, y ya seria por la tarde y podia verse el atardecer en el horizonte, rozando la superficie del mar, pero me inquietaba, tal vez estaba asustando al comprobar la reacción de mi padre, que cuando se molestaba siempre trataba de huirle... pero al fin y al cabo... era mi padre... le debía sinceridad.

Deslizando mis manos hacia mis cabellos negros conseguí amarrarlos en una coleta, hundí mis manos en los bolsillos y seguí paseando, pensando que tal vez podría ver a Quil o al pesado de Phil en esos momentos, para que me distrajeran con sus locuras e idioteces que tanto me hacian reir.

Mi mente estaba demasiada centrada en los pensamientos que la perturbaban y atormentaban, ensayando mentalmente en como decirle a mi padre lo que me habia ocurrido. Ir al grano, o ir paso a paso, contandole con detalle todo lo ocurrido, pero no se porque, pero no me gustaba nada ninguna de las dos opciones.

Fue entonces cuando sentí un chasquido tras de mi, no me dio tiempo a girarme cuando noté miles de gotas impactar con mi espalda, una ráfaga de agua me hizo estremecer aunque tuviera encima la sudadera haciendo que me girase bruscamente y abriera los ojos sorprendido, viendo de quien provenía esa broma... Leah... aquella chica tan burra... como de costumbre... bueno, no siempre fue así.

- ¿Pero estas loca?, me has dado un susto de muerte!... tsk... Leah... vete por donde has venido no estoy de humor- Dije frunciendo el ceño, era raro que yo estuviera de mal humor, bueno, menos cuando ella venia a hacerme alguna de sus jugarretas como ahora.

La ruda respuesta de Leah provocó que se me hinchara una vena en la frente de puro enfado, solo que estaba escondido gracias a mis largos cabellos. Se burlaba, ahgg, no podia aguantar que otra persona se riera de mi, bastante tuve con lo de esta mañana.

Se acercaba a mi con su rostro picarón, chinchandome tanto como ella quería, me entraban ganas de chafarle la fiesta diciéndole algo sobre Sam, aunque realmente desconozco el motivo por el cual la abandonó, pero decirle algo así seria jugar sucio, y aunque no la aguantara demasiado, no quería verla sufrir... uhhg.. aunque a veces si, pero... sin ninguna mala intención.

Por el rabillo del ojo noté como iba a tocarme, pero se lo pensó dos veces... chica lista.

- [No va a regañarme, pero es posible que lo haga- Dije instintivamente, aunque no quería contárselo a Leah, porque podría utilizar la información en mi contra para seguir chinchandome, pero como humano, tenia necesidad de desahogarme ... y porque no, tal vez podría asustarla.

- En serio Leah, no te lo vas a creer... ¿crees... en la historia sobre los frios?- Dije fijando mi mirada oscura en la de ella.

Me frustré de mala manera ante la respuesta de Leah, como me imaginaba se burlaría de que yo me creyera esas historias de crios, siendo catalogado como uno mas, era inútil hablar con seriedad con ella, pero tal vez lo haria, pero poco a poco, de forma indirecta.

- Pues puede ser, esta mañana he visto algo raro ¿sabes?, tal vez las historias que contaba mi padre no eran del todo fantasías- Dije llevándome la mano al mentón, acariciándolo levemente pensativo, retirando la mirada de Leah y dirigiéndola de nuevo al horizonte, viendo como las olas chocaban con fuerza las rocas.

- Si son historias de niños... ¿porque casi he sido atacado por uno de "ellos"?, ¿puedes explicármelo?- Dije girando mi rostro hacia ella, a la vez que me retiraba la sudadera un poco, lo suficiente para liberar mi brazo derecho para que Leah viera unas marcas en el ante brazo de unas manos bien marcadas, de cuando Rosalie me había sujetado desde las alturas de uno de los arboles del bosque de Forks, esperé su reacción y su respuesta, tal vez ahora no se ríase tanto.

Leah parecia observarme sin sorprenderse demasiado del moratón que tenia en el brazo, bueno era normal, era una chica bastante terca que tampoco se dejaba impresionar fácilmente y menos cuando se trataba de mi. Queria oir un nombre, pero no estaba seguro, no queria que le ocurriera nada, si le pasase algo por revelar quien me hizo daño y la hirieran tendria que vermelas con Billy , tambien con Sue y Seth... no se me apetecía nada.

¿porque no respondes? ¿que mas da el nombre? lo que importa es lo que son, ¿o me estoy equivocando? ¿crees en nuestras leyendas, si o no?- Dije forzando mas mi voz y frunciendo el ceño a la vez que poco a poco volvia a colocarme la sudadera.

Para nada iba a arriesgar la vida de Leah, aunque en ocasiones me daban ganas de que se perdiera, o la tierra se la tragase, pero hablando en serio, nada de eso quería que pasara.

Me giré dándole la espalda mientras daba una pequeña patada a una roca que había por ahi cerca para desahogar mi frustración, dándome cuenta como los bajos de mis pantalones casi llegaban a mis tobillos, juraría que esos si me estaban bien. Me agaché para intentar bajármelos, pero nada, era como si faltara tela.

Me incorporé bajando de nuevo los bajos del pantalón, siendo totalmente inutil por lo que bufé lleno de frustración, ya que también había escuchado las preguntas de Leah a mis espaldas por lo que me giré hacia ella, ella no me respondía y encima me seguía preguntando, y perfecto... había nombrado a los ancianos... tampoco quería armar un revuelo pero... tal vez era necesario, se trataba de vampiros.

- No voy a decir ni una palabra si tu no me contestas ¿porque evitas la pregunta Leah?... tal vez tu silencio o es mas... el evitarlo responda a mis preguntas.- Dije dando varios pasos hacia ella hasta situarme a su altura, hasta en ese momento no me habia percatado de que su cuerpo estaba totalmente desarrollado, aunque ya lo estaba, notaba un cambio en ella de alguna que otra forma, pero intente que mi mirada no la molestara, volviendo a dirigir mis ojos a los suyos.

- ¿Crees en las historias?- Le dije tajante. Lo de Spiderman no me valía, no le preguntaba si creia en los superheroes...

Mis ojos se entrecerrieron cuando clavaba mi negra y oscura mirada en ella, Leah, la cual me gritó ante mi insinuación de que estaba evitando responderme y la verdad es que ese grito no le daba la razón a ella ni de lejos. Era cabezona, muchísimo, yo no lo era tanto, yo al menos podía dar mi brazo a torcer en algunas cosas y mas cuando se trataba de temas realmente serios.

Mi acercamiento hacia ella parecía que la había pilado por sorpresa, se había alejado como si yo la hiciera hacer algo, ¿creeria que la golpearía o que la agarraría?, por dios... si ella sabia de sobras que jamas la haria daño.

- ¿Pero que haces? ¿desde cuando me temes?, no voy hacerte daño Leah- Dije con el mismo tono enfadado. No sabia realmente que era lo que recorría por la mente de aquella Quileute tan testaruda.

- ¿Que te lo demuestre?, ¿como?, no tengo pruebas tangibles, solo mi palabra. Todo...¿ todo esto es por culpa de los Cullen?- Dije preocupado, notando como mi frente sudaba por momentos debido a mi preocupación, para colmo, vi que estaba anocheciendo maldita sea... y aun tenia que hablar con mi padre.

No pude creer como podia ser tan fria... entendia que tras su separación con Sam estaría enfadada con todo el mundo y se desahogaba de ese modo pero... ciertamente dolia, eso de que no le gustaba mi cercanía era cruel, demasiado y era triste que pensara así, y mas siendo una "familia" y eso se notaba en mi cara.

Di unos pasos hacia atrás, alejandome de ella con cara de pocos amigos y alzando levemente las manos de manera indefensa, aceptando su rechazo.

- De acuerdo, tranquila que no me voy a acercar ya demasiado a ti, no creia que te molestara tanto.- Dije con cierto rencor y apago en mi voz. Retiré mi mirada de la de ella, relajándome un poco y no siendo ya tan brusco, decidí que no merecía la pena y me crucé de brazos, girando mi cuerpo hasta verme de frente de nuevo con el mar y su horizonte.

- Rosalie es el nombre- Dije sin decir nada mas, no iba a insistir, si quería saber las cosas se lo diría sin dudar, poco me importaba lo que quisiera hacer, era su problema.

La miré de reojo cuando escuché de su boca ese "gracias" tan amable, demasiado viniendo de ella. Yo no hice mas que encogerme de hombros en respuesta, total, de nada servia sulfurarme por Leah, aunque me asustaba que ella quisiera encontrarse con aquella vampira, no podia permitir que le pasase nada, era como una hermana aunque me costase reconocerlo.

Miré mis manos unos instantes recordando como dias atrás algunas personas de mi entorno habian dicho que me veian mas alto, mas grande en general, pero yo no le daba demasaida importancia, supongo que seria la edad, pero lo de los pantalones me habian dejado algo extrañado.

- Creo que me iré a casa... ya no puedo alargar mas la conversación con mi padre... ya sabes la regañina que me echará- Sonreí con cierta tristeza mirando aun el horizonte y colocando mis manos tras la cabeza, girandome y desplazandome arrastrando de nuevo los pies hacia casa.

- ¿Tu que haras?, ¿te quedaras aqui?, aunque no creas que me importa- Mentí absolutamente, a la vez que la seguia mirando de reojo.

Bufé al oir la pregunta de Leah, el motivo por el que me regañaria era muy obvio para mi, pero claro, Leah no sabia toda la historia y me vi casi obligado a contarselo. Me giré de nuevo hacia ella, la interrupción que habia hecho en mi marcha me vendria de perlas, así tardaria un poco mas en enfrentarme a mi padre. Me di cuenta que era muy inmaduro... debia atender a mis responsabilidades.

- Digamos que me fui a dar un paseo al bosque de Forks, simplemente por curiosidad... ya sabes, hacia tiempo que no andaba por alli- Dije suspirando para continuar hablando. -Y me encontré a esa sanguijuela, la cual conocia mi nombre... le pregunté el porqué, pero ella no me contestaba, simplemente reia.- De nuevo relajé los brazos hasta cruzarlos a la vez que miraba a mi compañera.

No creo que a mi padre le hiciera gracia mi marcha hacia los bosques de Forks si el sabia con anterioridad que ellos merodeaban por aqui.

Bajé la mirada automaticamente cuando Leah me recordó que yo era lo unico que le quedaba ahora que mama no estaba y que mi hermana vivia lejos y venia muy pocas veces. Levanté un poco la mirada a la vez que asentía con la cabeza.

- Tienes razón... me disculparé con él.- le dije con voz apagada, ya que por unos instantes ella tambien se habia puesto seria al recordarme ese hecho tan obvio. Entonces sonrió, de la única forma que ella lo hacia, con vacilación y pícara, se marchó haciendo una pequeña broma sobre que podria resfriarme, si, lo que me faltaba...

- Adión Leah... yo tambien me voy en un rato- dije viendola marchar y quedandome de nuevo solo, observando como el sol se escondia bajo el mar... era una señal para que volvera a casa.